Carta de las mujeres que aman demasiado





Poco a poco disminuye mi necesidad de tener la aprobación de todo el mundo, y me estoy fijando objetivos realistas y límites afectuosos. Ya no necesito salvar a cada persona herida que conozco. Empiezo a sentirme bien al ocuparme primero de mí. ¡Incluso empiezo a sentirme bien cuando me aman! Siempre pensé que sólo quería que me amaran, pero la verdad es que sólo elegía a personas  
Libro: Carta de las mujeres que aman demasiado, Robin Norwood


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