10 de Noviembre, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo
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A menudo se niega o se quita importancia a la violencia perversa en la pareja, y se la reduce a una mera relación de dominación. Una de las simplificaciones psicoanalíticas consiste en hacer de la víctima el cómplice o incluso el responsable del intercambio perverso. Esto supone negar la dimensión de la influencia, o el dominio, que la paraliza y que le impide defenderse, y supone negar la violencia de los ataques y la gravedad de la repercusión psicológica del acoso que se ejerce sobre ella. Las agresiones son sutiles, no dejan un rastro tangible y los testigos tienden a interpretarlas como simples aspectos de una relación conflictiva o apasionada entre dos personas de carácter, cuando, en realidad, constituyen un intento violento, y a veces exitoso, de destrucción moral e incluso física.
Acoso moral, maltrato psicologico en la vida cotidiana, Marie – France Hirigoyen
10 de Noviembre, Meditación Diaria
para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
Dado
que la sociedad prefiere que mostremos siempre una cara bonita, las mujeres
hemos sido entrenadas para eliminar la ira.
Nancy Friday
La ira es una emoción. Ni
buena ni mala; simplemente se presenta cuando ciertas condiciones de nuestra
vida no son como hubiésemos querido.
Podemos liberarnos de
nuestra ira si elegimos la acción apropiada ante ella. La ira puede ser
motivador saludable para la acción. Pero si no actuamos, dicha emoción se
vuelve hacia nuestro interior, influyendo negativamente en la forma en que
percibimos toda interacción humana.
Debemos ofrecer nuestra
amistad a todas nuestras emociones. Debemos confiar en que todas ellas pueden
sernos útiles si nos hacemos sus amigas y si actuamos sanamente, en concierto
con ellas. Nuestras emociones revelan las muchas facetas de nuestra vida. Y
todas ellas son válidas y merecen nuestro respeto y nuestra aceptación. Todas
reflejan nuestro yo interior.
Dado que la ira nos hace
sentirnos a disgusto, se vuelve más poderosa, cuando la negamos no desaparece,
sino que sale a la superficie en circunstancias ajenas a las que la provocaron,
complicando innecesariamente nuestra vida. Aprendamos a disfrutar nuestra ira celebrando
la acción positiva que provoca. Si damos los pasos necesarios, apreciaremos el
crecimiento que la acompaña.
Está bien que sienta ira en el día
de hoy.
Si la uso positivamente, favorecerá
mi crecimiento.
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