¡NO LE LLAMES MÁS! No permitas que te siga haciendo daño. Autor: Rhonda Findling
¿Qué
podemos hacer cuando nos sobrecoge la irresistible y compulsiva necesidad de
llamar a un hombre?
Primero, debemos darnos permiso para experimentar
conscientemente la tensión y nuestros propios sentimientos, y soportarlos hasta
que desaparezcan. Y ten por seguro que desaparecerán; los sentimientos son algo
temporal. En eso consiste precisamente el truco: sentir nuestras emociones sin
dejar que gobiernen nuestros actos. Requiere una gran dosis de disciplina y
trabajo personal, pues lo más fácil sería dejarse llevar por nuestros
sentimientos y actuar en consecuencia. El hecho de ser conscientes de lo que
sentimos sin permitir que esos sentimientos dirijan nuestra vida es lo que se
conoce como “contención emocional”.
Es lógico, sin embargo, que en ese proceso de contención
nos sintamos algo incómodas, pues suele generar ansiedad y, por tanto, una gran
tensión. Esa incomodidad es la que nos induce a llamarle e intentar, así,
liberarnos de esa sensación de incertidumbre y malestar. En ese momento,
debemos pensar en la angustia y el profundo dolor que nos causaría el que nos
rechazara o el no conseguir la respuesta que esperábamos.
¡NO LE LLAMES MÁS!
No permitas que te siga haciendo daño.
Autor: Rhonda Findling
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Samuel Ribeyron
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