Duodécimo Paso
“Habiendo obtenido un despertar espiritual, como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a otras adictas a las relaciones y de practicar estos principios en todos los aspectos de nuestra vida.” Nuestra gratitud por el don de la recuperación se convierte en la fuerza fundamental de todo lo que hacemos, nos motiva y se abre paso por nuestra vida y la de quienes nos rodean. Incluso en silencio, la voz de la gratitud no deja de ser escuchada. Habla con mayor claridad a medida que recorremos el sendero de la recuperación y se entrega desinteresadamente a aquéllos que encontramos a lo largo de nuestro camino. Nos lanzamos a nuestro viaje espiritual con una vida más plena, el espíritu despierto y un horizonte cada vez más amplio. La quintaesencia del espíritu que yace en cada uno de nosotros, la chispa de vida que nuestra enfermedad casi apagó, se ha renovado. Con el camino pavimentado con estos pasos comienza nuestro viaje futuro. Libro Funciona Cómo y Por...