Cuarto Paso Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos. Debemos hacernos responsables por nuestra parte, por pequeña que sea. En ocasiones, especialmente para los rencores de la niñez, determinamos que no tuvimos nada que ver en el problema. Sin embargo, cuando revisamos los resentimientos de nuestras vidas adultas, nos damos cuenta, a menudo para sorpresa nuestra, de que en la mayoría de las ocasiones hemos contribuido de alguna forma a los problemas que nos aquejan. Por ejemplo, cuando vemos las acciones de otras personas, necesitamos preguntarnos, “¿Qué parte de sus acciones pudo haber sido una respuesta a algo que dije o hice?” Un padrino nos puede ayudar a aclarar esto y ver en dónde tenemos que hacernos responsables y también dónde necesitamos dejar de cargar una responsabilidad por las acciones de otras personas. SAA. Christina Tsevis