Justicia y respeto

A pesar de su acostumbrada destructividad, hemos descubierto que el temor puede servir como punto de partida hacia lo mejor. El temor puede ser un escalón hacia la prudencia y el digno respeto para los demás. Puede enseñarnos la senda tanto hacia la justicia como hacia el odio. Y cuando más justicia y respeto tengamos, más pronto llegaremos a encontrar el amor que tolera el sufrimiento y, no obstante, se da libremente. Así que el temor no tiene que ser siempre destructivo, porque las lecciones de sus consecuencias nos pueden conducir a valores positivos. 1. Doce y doce, pág. 81 - 2. Grapevine, Enero de 1982