«Érase una vez una niña. Era muy feliz y le encantaba perseguir las mariposas, corriendo por los hermosos campos verdes donde vivía. Un día soleado ella, como de costumbre, iba detrás de una mariposa azul, cuando, de repente, se topó con un sapo enorme lleno de verrugas. ¡Qué asco! -exclamó la niña, tapándose la boca. -Es posible que te dé asco, pero soy un príncipe encantado. NO puede ser -dijo la niña incrédula. -Es verdad afirmó el sapo-. Una bruja me lanzó un hechizo. En realidad, soy un príncipe muy guapo, apuesto y rico. Si rompes el hechizo, me casaré contigo y viviremos felices. Cada día te llevaré en brazos y te regalaré flores y joyas... -¿Cómo puedo romper el hechizo?-preguntó la niña. -No será fácil. Me tienes que llevar a tu casa, cuidarme, darme de comer, dormir conmigo en tu camita, darme muchos besitos, sacarme a pasear, hasta que un día te despiertes y veas que me he convertido en un príncipe. Entonces tu vida será como un cuento de hadas. La niña escuchaba al sa...