Décimo Paso
Décimo Paso Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocamos, lo admitimos con prontitud. Yo estaba empezando a abordar mi nueva vida de sobriedad con un entusiasmo desacostumbrado. Estaba cultivando nuevos amigos y algunas de mis amistades dañadas se habían comenzado a arreglar. La vida era emocionante e incluso había empezado a disfrutar mi trabajo, y llegué a ser tan atrevido como para hacer un informe sobre la falta de cuidado apropiado con algunos de nuestros clientes. Un día, un compañero de trabajo me informó que mi jefe estaba verdaderamente disgustado debido a que una queja, sometida pasándole a él por alto, le había causado mucha molestia con sus superiores. Reflexiones diarias AA