Meditaciones 21 de octubre
21 de octubre, La meditación para las Mujeres que aman demasiado, Robin Norwood:
Una vez que han terminado todas las estratagemas, las discusiones, las amenazas, las peleas y las argucias, tal vez descubras que queda muy poco que decir. Esto se debe a que durante todo el tiempo que duró la relación, estuviste junto al hombre que podría, debía y llegaría a ser –con tu ayuda- en lugar de estar junto al hombre que realmente era.
Lealtad
Quizás le temíamos tanto a la intimidad que nunca le contamos nada a nuestros amigos sobre nosotros. Tal vez los hayamos hecho sentir culpables, o les hayamos hecho otras formas de chantaje emocional, para asegurarnos su lealtad. Si nuestros amigos tenían otras personas
en su vida, puede que nos hayamos sentido tan celosos e
inseguros que tratamos de eliminar la amenaza que esas
amistades representaban. Nuestro comportamiento
variaba entre tomar a nuestras amistades como si fueran
propiedad nuestra a tratarlos con indiferencia. Quizás
descubramos algunos ejemplos en los que sacrificamos a
nuestras amistades por
relaciones sentimentales.
Funciona
21
de octubre
Meditaciones
para mujeres que hacen demasiado, Anne Wilson Schaef
Miedo
Cuando
esperamos en silencio ese lujo final de la ausencia de miedo, el peso del
silencio nos conmociona.
Aüdre
Lorde
Nuestro
silencio sobre las cuestiones que más nos interesan resuenan con estruendo en
nuestras cabezas y en nuestros cuerpos como el galopar de una manada de
búfalos. Los cañones de nuestro ser interno resuenan con nuestras ideas y
percepciones no expresadas. Nuestro miedo confina a nuestras almas en los
holocaustos diarios de una existencia silenciosa. Nuestro miedo es real,
palpable. Podemos sentirlo. Tenemos que aprender a respetarlo y a movernos a
través de él. No podemos negarlo, y no podemos esperar «ese lujo final de la
ausencia de miedo». Quedarnos estancadas en nuestro miedo es arrastrarlo hasta
ese silencio estremecedor que devora nuestra alma. Ninguna mujer debe hablar
cuando no está preparada. Debemos respetarnos unas a otras en nuestro silencio.
Cuando enfrentamos nuestros miedos, quizá podemos oír sus voces.
Mi
miedo es real. Lo respetaré. No tengo por qué ser controlada por él.
21
de octubre, Meditación Diaria para Mujeres, libro: Cada día un nuevo comienzo:
La
potencia del impulso determina la fuerza necesaria para anularlo.
Mary
Jane Sherfey
Todas
luchamos por tener éxito. Y cada día de nuestra vida afrontaremos adversidades,
grandes y pequeñas, que bien, pueden interferir en nuestro triunfo. Sin
embargo, éstas no tienen por qué impedirnos progresar, ya que, si las
consideramos como oportunidades de crecimiento, nos fortalecen. Para muchas de
nosotras la capacidad de manejar la adversidad es un fenómeno muy reciente. Y
no siempre podemos ejercerla fácilmente y con seguridad. Pero estamos llegando
a creer que un poder mayor que nosotras está a nuestro alcance y que nos dará
toda la fortaleza que necesitemos. El hecho de saber que siempre es posible
actuar y que nunca es necesario aceptar pasivamente ninguna situación es un don
incondicional que obtenemos viviendo de acuerdo con el progreso de los Doce
Pasos. La seguridad acerca del camino que nos espera es proporcional al
compromiso que establezcamos, a nuestra confianza en la fortaleza del programa
y a nuestra fe en que todo marcha bien, incluso en tiempos difíciles. Nadie nos
dijo que nuestro nuevo modo de vida sería siempre fácil. Pero se nos ha
prometido que, si avanzamos permitiendo que Dios nos dirija, llegaremos a
nuestro destino.
El
éxito está a mi alcance. Aplicaré lo que he aprendido y triunfaré.
21
de octubre, El lenguaje del adiós de Melody Beattie
Responsabilidad
económica
“Cuando
empecé la recuperación de mi dependencia química, tuve que enfrentarme a mis
líos de dinero sobria y fría como una piedra, y realmente tenía un buen lío”,
dijo una mujer. “Al principio no era capaz de ganar mucho, y era importante
para mí reparar daños. Tenía cuentas vencidas de años anteriores. Necesitaba
tratar de estar al día en los pagos de mis cuentas nuevas. Tenía mucho más
dinero antes de volverme sobria. Pero a su tiempo, lenta, gradualmente, mi
situación económica se despejó. Restauré mi crédito. Tenía una cuenta de
cheques. Tenía un poco de dinero en el banco” “Luego me casé con un alcohólico
y empecé a enterarme de mi codependencia, por el camino difícil. Me perdí a mí
misma, mis sentimientos, mi cordura y todo el progreso que había logrado en mis
asuntos financieros. Mi esposo y yo abrimos una cuenta de cheques juntos y él
se sobregiró con los cheques hasta que perdí el derecho a tener una cuenta de
cheques. Le permití que hiciera cargos y cargos en mi tarjeta de crédito hasta
que me la echó por tierra.”
“Pedíamos
uno y otro préstamo para mantener a flote nuestro barco que se hundía, y le
pedimos mucho dinero prestado a mis padres”, dijo ella. Para la época en que
empecé mi recuperación de la codependencia, estaba enfrentando otra vez un
verdadero lío financiero. Estaba furiosa, pero ya no importaba quién había
hecho qué cosa. Tenía algunos asuntos financieros serios que enfrentar si es
que esa parte de mi vida alguna vez iba a volverse gobernable de nuevo.” “Lentamente
–muy lentamente- empecé a salir de mi lío. ¡Parecía imposible! Ni siquiera
quería enfrentarlo, me sentía tan abrumada y desesperanzada. Pero lo hice. Y
cada día hice lo mejor que pude para ser responsable de mí misma.”
“Una decisión que tomé fue separarme y
protegerme financieramente de mi esposo, lo mejor que pude, antes y después de
divorciarnos. La otra decisión que tomé fue afrontar los aspectos financieros
de mi vida y empezar a reconstruirlos”. “Fue difícil. Debíamos cincuenta mil
dólares y mi capacidad para obtener ingresos había disminuido dramáticamente.
Estaba en proceso de pena; mi autoestima estaba baja todo el tiempo; mi energía
también lo estaba. No sabía cómo alguna vez podría desenmarañarme de esa
pesadilla. Pero así sucedió. Lenta, gradualmente, con la ayuda de un Poder
Superior, sobrevino la gobernabilidad y remplazó al caos.” “Empecé por no
gastar más de lo que ganaba. Le pagué a algunos deudores, poco a poco. Dejé ir
lo que no podía hacer y me concentré en lo que sí podía.” “Ahora han pasado
ocho años. Estoy libre de deudas, lo cual nunca imaginé posible. Estoy viviendo
cómodamente, con dinero en el banco. Mi crédito ha sido restaurado de nuevo y
tengo la intención de mantenerlo así.” “No estoy dispuesta a perder otra vez mi
salud y seguridad financieras, por amor o por alcoholismo. Con la ayuda de Dios
y de los Doce Pasos, no tendré que hacerlo” Un día a la vez podemos ser
restaurados en la recuperación, mental, emocional, espiritual, física y
económicamente. Las cosas pueden empeorar antes de mejorar, porque por fin
estamos afrontando la realidad en vez de estarla esquivando. Pero una vez que tomamos
la decisión de asumir nuestra propia responsabilidad económica, ya estamos en
camino. Dios mío, ayúdame a recordar que lo que parece hoy sin esperanza, a
menudo se puede resolver mañana, aunque no podamos ver la solución. Si he
permitido que los problemas de otros me dañen económicamente, ayúdame a reparar
y a restaurar mis límites acerca del dinero, y de lo que estoy dispuesto a
perder. Ayúdame a entender que no tengo por qué permitir la irresponsabilidad
económica de nadie, ni que su adicción, enfermedad o problemas me dañen
financieramente.
Ayúdame a seguir con mi vida a pesar de mis
actuales circunstancias económicas, confiando en que, si estoy dispuesto a
reparar daños y a ser responsable, las cosas se resolverán.

Comentarios
Publicar un comentario